Montevideo, mate y modernidad

El país hispanohablante más pequeño de Sudamérica es a su vez una de las naciones más “europeas” del continente. La herencia cultural y social de la colonia ha permanecido en este país de tres millones de habitantes al norte del Río de la Plata. Desde su independencia en 1825 llegaron a Uruguay principalmente migrantes italianos pero también alemanes. Los extensos campos resultaban ideales para la crianza de reses y caballos. La agricultura y la ganadería son hasta hoy las principales actividades económicas de Uruguay.

Uno de los primeros Estados Sociales de Sudamérica, estructuró sus instituciones públicas a imagen del modelo europeo lo cual se ha tornado hoy en día en un lastre burocrático. En años recientes, sin embargo, las cifras han mejorado: ha aumentado el crecimiento económico y disminuido el desempleo.

En la capital Montevideo viven unas dos millones de personas, casi dos tercios de la población de todo el país. Por ello no es de extrañarse si la vida cultural del país sucede principalmente en la capital. Montevideo es una de las ciudades más seguras y con la mejor calidad de vida de Sudamérica. Numerosos museos, edificios coloniales históricos, Montevideo también tiene el segundo teatro más grande de Sudamérica: el Teatro Solís, construido en el siglo XIX por el arquitecto italiano Carlo Zucchi.