Capitalism Kills Love

por Anna Landefeld

Traducción: Margarita Borja

Heidelberg, 4 de febrero de 2020

Ahí están pues sentados todos en el sofá. Unidos en fraternal discordia. Echándose dardos el uno al otro, dardos que pasan de largo. Faltaría que uno esgrimiese un verdadero garrote moral y echara el golpe. Y a la persona por la cual se ha armado tal lío entre los cinco hermanos ya no le interesa el asunto. Ya es cenizas y yace en una lata de galletas. El padre ha muerto, un comunista convencido. Poco antes de morir había salvado a una muchacha de ahogarse en el mar. Un vídeo lo prueba. Y es justamente lo que la Coca-Cola, reina y señora del capitalismo imperialista, desea comprar. 300.000 dólares han ofrecido por él a los cinco hermanos, y sí, todos tenemos un precio, por uno u otro motivo.


Con el agua hasta el cuello

“El padre de todos nosotros” de David Desola nos cuenta mucho más que la tragicómica historia de una familia desgarrada. Refleja el extremo desgarramiento de la actual Venezuela. (Ya en el título de la obra resuenan sus temas principales, que van de lo cristiano al anticapitalismo monopólico.) Esta nación que alguna vez aparentó ser un paraíso socialista a orillas del mar Caribe, y que tras la muerte de Hugo Chávez en 2013 se precipitó en una aguda crisis financiera y humanitaria.

¿Cómo sobrevivir? Cada uno de los cinco hermanos ha encontrado su propio método. Desola los ha hilado finamente: representan estereotipos político-ideológicos, pero sumamente divertidos. En la puesta en escena del director Guillermo Díaz Yuma, todos están en realidad con el agua hasta el cuello. Hora y media escuchando las olas del mar entre un paisaje de sillones, un ruido que va ocupando el salón y que amenaza con apagar la chispa de los hermanos.

El amor fraternal también tiene sus límites

Ramón haraganea por la vida arrastrando los pies (para los cuales tiene casi cuarenta pares de sneakers). Solo su lengua contradice su flojera: estaría inmediatamente dispuesto a actuar, dice, si fuera posible quemar iglesias. Un autodenominado anarquista libertario, es decir, un apóstol de la moral, un charlatán. Jode, porque a la final es el único de la familia que solo sale ganando de la crisis: no tiene nada que perder. Su hermana gemela, Luz, actriz de televisión con ínfulas, se define políticamente como de izquierda. Naturalmente. (¿Has oído hablar alguna vez de una actriz de derechas?, pregunta). Y parte del charm del artista de izquierdas consiste en firmar peticiones. Del otro lado del espectro político, pero en el mismo lado del éxito, se encuentra Ernesto, el conservador. Aunque casi nadie lo quiere, ni él a ellos, todos aprovechan encantados para que les arregle las caries sin cobrarles. Se lleva bien con su hermana Cristina: inocente, manipulable, honesta… imprevisible, o sea con una gran tendencia al pánico histérico: el carácter religioso ideal. Y para completar el cuadro no falta la chica emo, Marti, quien en realidad no es parte de la familia original (ni tiene ganas de serlo) pues es producto de alguna andanza tardía del padre.

Entre esta constelación de personalidades disonantes, empujándose unas a otras a parapetarse tras barricadas morales, estallan divertidas e intensas batallas verbales que les obligan a sudar por los poros las mentiras de sus vidas. Vemos sobre las tablas, así como en la realidad, a la política convertida en una gran parodia. Los artistas del colectivo TET de Caracas (Sara Azocar, Patricia Castillo, Ivan Dalton, Silvie Gouverneur y Richard Mercad) logran representar este absurdo con un timing perfecto, a la manera del mejor teatro de boulevard. Nos llevan de un segundo a otro de la decisión entre comida china o McDonald’s a las grandes cuestiones de la política internacional. Sin perder de vista, jamás, lo humano. Cuando Cristina, la hermana “boba”, le pide ayuda a su hermana Luz porque quiere dejar a Andrés, el “idiota” de su marido, se revelan los límites que incluso el amor entre hermanos tiene. Así como la estabilidad de la personalidad misma. Al final echan las cenizas del padre por el balcón. Listo. Y su vídeo se lo dan a la Coca-Cola. Capitalism kills love. Una vez más.


El padre de todos nosotros

Autor: David Desola
Dirección: Guillermo Díaz Yuma

Producción: Centro de Creación Artística TET, Elizar Anka / Iluminación: José Manuel Rueda, Mauricio Celimén, Guillermo Díaz Yuma / Vestuario: Larisa González / Escenografía: Enrique González Atay, David Olaves / Diseño gráfico: Lya Bonilla / Promoción: Iván Dalton, Jorge Alfonzo, Sergio Palma / Fotografía: Alejandra Gutiérrez, Amanda Yukency, Sergie Palma / Colaboradores: Elizar Anka, Enrique González Atay, David Olaves, Sergio Palma, Bella Aboulafia, Rosa Díaz / Patrocinador: Tomás Pablo Frez

Elenco: Sara Azocar, Patricia Castillo, Ivan Dalton, Silvie Gouverneur, Richard Mercad

Duración: 1 hora 30 minutos, sin intermedio

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