Casi niños

por Georg Kasch
Traducción: Margarita Borja

Heidelberg, 6 de febrero de 2020
¿Se puede llorar por un enemigo? Lou Armour toma asiento en la esquina blanca que ocupa el centro del escenario y nos cuenta cómo aún no puede sobreponerse al recuerdo de ese soldado argentino herido que le habló en inglés antes de morir. Y entonces aparece su rostro, aunque mucho más joven, proyectado sobre la pared: una entrevista histórica de la BBC en la cual lo vemos contando esta misma historia con los ojos llenos de lágrimas. Cuando esta entrevista se transmitió, así nos lo cuenta ahora sobre el escenario, Armour se avergonzó ante sus compañeros por haber llorado públicamente a un soldado extraño en lugar de a uno inglés.

Huellas que perviven hasta hoy

Todos salieron traumatizados, cada uno de los seis ex soldados que Lola Arias ha congregado para su obra de teatro documental “Campo minado”. Tres argentinos y tres británicos narran en inglés y en español sus experiencias durante la batalla por aquel archipiélago cerca del extremo sur de Argentina, llamado Falkland Islands en inglés, en español: Islas Malvinas. Ya en 1833 empezó el conflicto territorial entre Argentina y Gran Bretaña que en 1982 estallaría en una guerra: 900 soldados muertos, entre ellos 649 argentinos.

Una guerra que duró solamente 74 días pero cuyas huellas perviven hasta el día de hoy, y que en su tiempo tuvo un significado político trascendente. La derrota argentina debilitó a la dictadura militar mientras que la victoria británica fortaleció al gobierno de Margaret Thatcher, dedicado a desmontar al Estado de bienestar (las consecuencias sociales de ello se viven hasta ahora) y cuyo escepticismo ante una Unión Europea allanó el camino al Brexit.

También estos temas se abordan durante esta interesante velada. Arias es a fin de cuentas una reconocida experta en teatro documental, trabaja en todo el mundo, con frecuencia también en Alemania. Y el haber reunido para “Campo minado” a pasados enemigos resulta un logro único para el cual ha encontrado soluciones escénicas convincentes. Como esa batería alrededor de la cual se congregan los seis veteranos convertidos en músicos, y que por un lado imita el ruido ensordecedor de la guerra y por otro marca el ritmo de una boyband avejentada. En algún momento cantan, o más bien berrean: ¡¿para qué irías a la guerra?! Y uno llega a imaginarse a aquellos seis hombres si en lugar de haber tenido que enfrentarse en una guerra hubieran podido tocar juntos: quizá se hubieran convertido una buena banda. 

Búsqueda de la verdad

La velada tiene ritmo, también autoironía y humor. Pero halla una y otra vez el camino hacia los puntos dolorosos, al sufrimiento, el trauma, la muerte. Los seis hombres nos cuentan sobre la propaganda, los ataques, los amigos agonizantes. Se revela claramente la desigualdad en que estaban repartidas las fuerzas: por un lado el Ejército profesional británico, apropiadamente armado, y por otro los soldados argentinos reclutados por obligación, casi niños todavía, que en medio de un caos organizativo estaban a un paso de morir de hambre y de un frío para el que no estaban preparados en lo absoluto. Gabriel Sagastume narra la historia de sus compañeros que buscaban desesperadamente comida (soldados de juguete en un paisaje en miniatura reviven la escena ante nuestros ojos): murieron porque se adentraron en un campo minado sembrado por su propio ejército, ese campo minado que da el título a la obra y sobre cuya existencia no se informó a sus propios soldados.

Pero un campo minado es también esta búsqueda de la verdad. Y para los soldados, el regreso a sus vidas tras la guerra: todos tuvieron problemas para volver a encontrar su lugar y lidiar con los trastornos dejados por la carga mental post trauma. Una guerra que duró menos que el tiempo de ensayo de esta obra pero cuyas heridas siguen sanando hasta ahora. 

Campo minado

Dirección: Lola Arias

Investigación y producción: Sofia Medici, Luz Algranti / Escenografía: Mariana Tirantte / Música: Ulises Conti / Iluminación: David Seldes / Video: Martin Borini / Sonido: Ernesto Fara / Asistencia de dirección: Erika Teichert, Agustina Barzola / Asistencia técnica: Imanol López / Asistencia de producción: Lucila Piffer / Asistencia en Gran Bretaña: Kate O’Connor / Vestuario: Andrea Piffer / Productora asociada: Gema Films

Elenco: Lou Armour, David Jackson, Ruben Otero, Sukrim Rai, Gabriel Sagastume, Marcelo Vallejo

Duración: 1 hora 40 minutos, sin intermedio

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