Pequeño gran país

En el contexto latinoamericano, Uruguay parecería a primera vista una isla de los bienaventurados: el primer país de la región con acceso a 5G (superando así a Alemania), su energía proviene en un 97% de fuentes renovables (hidroeléctrica y eólica), lo cual lo lleva a ocupar el segundo puesto a nivel mundial superado tan solo por Dinamarca. En cuanto a la corrupción (una verdadera epidemia latinoamericana), según Transparency International 2018 la situación de Uruguay es la más ética de toda la región. 

En este siglo el país estuvo gobernado por una alianza de centro izquierda que legalizó el matrimonio igualitario y aprobó una legislación moderna en cuanto a la comunidad LGBTQ. Entre otras acciones progresistas, Uruguay ha legalizado el aborto, la marihuana y ha obligado a las Fuerzas Armadas a ayudar al esclarecimiento de los crímenes cometidos durante la dictadura militar. Uno de los primeros Estados Sociales de Sudamérica, Uruguay estructuró sus instituciones públicas a imagen del modelo europeo.

En 2020 subió al poder el conservador Luis Lacalle Pou que guió al país durante la pandemia. Su gobierno ha sido sacudido por varios escándalos. Como el resto del mundo, Uruguay tiene que vérselas cada vez más con los efectos del cambio climático: la falta de lluvias significó que en el verano de 2023, el millón y medio de habitantes de Montevideo sufriera una grave escasez de agua potable. Los extensos campos uruguayos resultan ideales para la crianza de reses y caballos. La agricultura y la ganadería son hasta hoy las principales actividades económicas de Uruguay.

Con 176.215 km² al norte del Río de la Plata, el país hispanohablante más pequeño de Sudamérica cuenta con tres millones y medio de habitantes, con una tasa de natalidad baja así como también su densidad poblacional: 19 habitantes por km². En la capital Montevideo viven unas dos millones de personas, más de la mitad de la población de todo el país. Por ello no es de extrañarse si la vida cultural del país sucede principalmente en la capital. Montevideo es una de las ciudades más seguras y con la mejor calidad de vida de Sudamérica. Numerosos museos, edificios coloniales históricos, Montevideo también tiene el segundo teatro más grande de Sudamérica: el Teatro Solís, construido en el siglo XIX por el arquitecto italiano Carlo Zucchi. La escena teatral uruguaya es vibrante, con artistas como Mariana Percovich, Marianella Morena, Roberto Suárez, Sergio Blanco, Gabriel Calderón y Santiago Sanguinetti que han creado un teatro único y con una fuerte presencia mundial que resulta aún más sorprendente al considerar el tamaño del país. También la literatura uruguaya tiene enorme influencia más allá de sus fronteras: Horacio Quiroga, Delmira Agustini, Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Eduardo Galeano, Juana de Ibarbourou, entre otros. Lo mismo sucede con su música: Erika Büsch, Jorge Drexler y muchos más.