Última pelea de gallos

por Georg Kasch

Traducción: Margarita Borja

Heidelberg, 2 de febrero de 2020

Cae la nieve bajo la luz azulada de un cielo teatral. Una imagen final demasiado buena para ser verdad. No es nieve, son cenizas que al son de los quebrados acordes de una guitarra descienden sobre el cuadrado de arena del escenario. Y esto a la luz rojiza de cuatro pequeñas cámaras de madera cual luces funerarias... Es a fin de cuentas un “Funeral para la idea de un hombre” aquello que sobre las tablas están oficiando los cuatro performers de Ecuador, México y Argentina. En grandilocuentes y patéticos monólogos, se despiden de la humanidad y todo aquello que la hace despreciable. Del consumismo al terror político, de las corruptas élites que acaparan el poder hasta la doble moral, de una sociedad que idolatra la culpa a una que oprime y abusa de la mujer.

Ya desde el principio, Javier Alejandro Pérez Caicero, Luis Miguel Cajiao, Juan Lautaro Veneziale y Alejandra Juárez Aguilar anuncian que acabarán con su vida. Pero antes de cometer suicidio colectivo desean saldar cuentas con la idea de hombre. Sin embargo, se pierden en la abstracción a través de pomposas divagaciones que raramente aterrizan en lo concreto. Y cuando lo hacen, saltan enseguida a la propaganda de agitación. Como ese momento en el cual Alejandra Juárez Aguilar se lanza a la protesta porque a causa de su forma de vestir la han llamado “puta”, y entonces se arranca la camiseta.

Todo esto considerando que a nivel escénico no hay contrapeso para las grandes palabras. En un cuadrado de arena que evoca el lugar de una última pelea de gallos (al inicio se canta “Gallo rojo, gallo negro”), los cuatro performer construyen una y otra vez nuevas torres con piezas de madera a las que pronto vuelven a derrumbar. Virtuosamente saltan y caen, unas veces en aventureras coreografías de lucha, otras veces dan volteretas o caminan de manos. Esto se ve chévere, estupendo, pero no logra contener el peso del texto, embriagado en sus propias imágenes.

Después de todo, vemos brillar entre líneas una pasión que desmiente al título: cuando expresan sus últimos deseos antes de morir –nada menos que sexo, embriaguez y baile-, irrumpe con tal ímpetu la belleza de la vida humana que hace empalidecer la lista de sus defectos, una lista que por cierto resulta tan real como arbitraria.
Pero cuando logran crear alguna de sus imágenes bellas, aunque poco frecuentes, como aquella de las tres pelotas rojas que bailando en juego de malabares asoman repentinamente tras un abrazo, entonces se nos aparece la idea de hombre, con todas sus contradicciones, abismos y vulnerabilidad, también en toda su simpatía.

Funeral para la idea de un hombre

De: Javier Alejandro Pérez Caicero, Luis Miguel Cajiao, Juan Lautaro Veneziale y Alejandra Juárez Aguilar

Dirección y dramaturgia: Colectivo Funeral para una IdeaI
luminación: Gerson Guerra / Diseño gráfico: Quito Street, ChullaIdea / Producción: Proyecto Funeral para Una Idea, Alerta Naranja, Cero Latitud Danza, A la Rueda Teatro / Producción internacional: Carla Estefan / Difusión internacional: Metropolitana Gestão Cultural SP (BR)

Elenco: Alejandra Juárez Aguilar (MEX), Javier Alejandro Pérez Caicero (ECU), Luis Miguel Cajiao Oviedo (ECU), Juan Lautaro Veneziale (ARG)

Duración: 1 hora, sin intermedio

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